- La represión de manifestaciones y el aumento de redadas migratorias reflejan una crisis de derechos humanos en curso.
Estados Unidos enfrenta una etapa crítica en materia de derechos humanos, caracterizada por políticas restrictivas que vulneran la libertad de expresión y criminalizan la disidencia, lo cual implica un riesgo para la comunidad migrante.
Lo anterior lo señaló la Lic. Josefina Orozco, abogada especialista en Derecho Internacional, quien comentó que a partir de 2024 se ha intensificado la presencia de operativos migratorios en zonas urbanas densamente pobladas, con reportes de detenciones frente a escuelas, estaciones y lugares de trabajo.
“Las redadas migratorias no sólo han aumentado, sino que están dirigidas a poblaciones vulnerables que no representan un riesgo, como madres de familia, trabajadores agrícolas o solicitantes de asilo que siguen un proceso legal”, explicó.
Y es que organizaciones como CHIRLA, anotó, han documentado una serie de violaciones sistemáticas a los derechos de las personas detenidas, incluyendo la ausencia de acceso inmediato a defensa legal y el uso de estrategias encubiertas por parte de los agentes del ICE.
“Simultáneamente, universidades públicas y privadas han sido escenario de detenciones masivas en protestas encabezadas por estudiantes que exigen el respeto a los derechos civiles y el cese de políticas bélicas, especialmente en el contexto del conflicto en Medio Oriente”, explicó.
La abogada destacó que en casos como Columbia, UCLA y la Universidad de Chicago, las autoridades respondieron con despliegues de fuerza desproporcionada, disolviendo manifestaciones pacíficas mediante gas pimienta, detenciones arbitrarias y amenazas disciplinarias hacia los alumnos involucrados.
“La represión de estas voces juveniles es alarmante, porque demuestra que el gobierno estadounidense empieza a tratar la protesta social como una amenaza, no como un derecho”, advirtió Orozco.
Ante esta situación, enfatizó, organismos como Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han emitido pronunciamientos de preocupación, al subrayar que estas medidas contradicen el papel de Estados Unidos como promotor internacional de la democracia.
Finalmente, la Lic. Orozco concluyó que este panorama evidencia una erosión del pacto democrático en Estados Unidos, donde se levantan muros no sólo físicos, sino simbólicos, que buscan callar conciencias en lugar de garantizar la libertad y los derechos de las personas.
