- La reconstrucción aún es parcial; habitantes de las diferentes zonas dañadas no recibieron el 100% del apoyo
Era una noche tranquila, el calor agobiaba en el Sureste mexicano, el reloj marcaba las 23:49 horas, de pronto, un primer movimiento, casi al instante un segundo, el tiempo pareció paralizar la sangre de todos los chiapanecos y oaxaqueños, un sismo de magnitud 8.2 grados en la escala de Richter se dejaba sentir.
Las placas de Norteamérica y Cocos lo volvían hacer, un terremoto calificado como el de mayor magnitud en la historia de México en los últimos años, se acababa de registrar; siguieron horas de pánico, la información fluía a través de redes sociales, portales de noticias, era el caos en una noche oscura.
Luego de las fuertes sacudidas, la tensa calma llegó, el molesto sonar de una alarma sísmica repetía a cada instante su mensaje de muerte. Durante las primeras horas después del terremoto se registraron cerca de 200 réplicas de diferentes magnitudes.
Antes de este movimiento telúrico, en México solo se había registrado uno con una magnitud superior de 8.4 en el estado de Colima en 1932. Por el contrario, en las entidades sureñas, los sismos de mayor intensidad únicamente habían alcanzado los 7.2 grados. El del 7 de septiembre de 2017 fue el más fuerte en la historia.
A un año del terrible terremoto, las réplicas se han dejado sentir, un número superior a las 17 mil se han registrado de acuerdo con datos del Centro de Investigación y Gestión de Riesgos en Cambio Climático, así como de las diferentes dependencias federales y estatales.
Según los censos de las secretarías de Protección Civil, Educación y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, de los tres mil 239 planteles con daño, se tuvo la clasificación de cuatro escuelas con perjuicios totales, mil 078 con menoscabos parciales y con deterioros menores dos mil; además, 90 hospitales y centros de salud en Chiapas fueron evaluados con daño parcial.
Por su parte, la Secretaría de Protección Civil confirmó daño en 50 mil 582 casas, de ellas 33 mil 756 con perjuicios parciales y con deterioros totales suman 16 mil 826 casas. Por su parte, el Instituto de Antropología Nacional de Antropología e Historia (INAH) en San Cristóbal afirmó en abril de este 2018 que 13 monumentos resultaron afectados por el terremoto, entre los que destacan iglesias en las zonas indígenas.
Luego del terremoto, las autoridades federales y estatales destinaron fondos millonarios para la reconstrucción de las áreas afectadas, tanto en Oaxaca como en Chiapas. A través de la información oficial se dio a conocer que se destinaron más de dos mil millones para Chiapas del Fondo de Desastres de la Secretaría de Gobernación, para atender las emergencias por el sismo y los daños por los huracanes que afectaron la entidad.
Hasta hoy, a un año del sismo, muchas de las obras de reconstrucción anunciadas, así como apoyos a familias de damnificados quedaron en palabras. Del apoyo que se otorgaría, los afectados solo han recibido el 50 por ciento en la mayoría de los casos, aportaciones federales, según se desglosa en los informes de las dependencias involucradas; mientras que el recurso de la autoridad estatal ha quedado pendiente.
La Comisión de Reconstrucción que fue creada en el Congreso local aceptó que no se cumplirán las metas en este sexenio que terminará en diciembre, así que serán las autoridades entrantes quienes tengan que culminar con la reconstrucción en gran parte de la geografía chiapaneca.
Los legisladores que la integran informaron que el compromiso de los gobiernos era la reconstrucción total de la infraestructura, y aunque los avances son importantes, hay pendientes y las obras deberán continuar.
Sobre el caso de las personas que recibieron el apoyo de una tarjeta, lo cual generó un conflicto por ser año electoral, nadie se ha pronunciado al respecto, ya que los damnificados en diferentes acciones han manifestado que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano exclusivamente entregó la mitad de los recursos; en tanto, la dependencia ha citado que la parte federal se ha cubierto y resta la parte estatal.
LA VOZ DE LA FRONTERA