- Edgar Hernández González Presidente del Comité Ciudadano de Seguridad Pública de Ensenada y Coordinador de la Comisión de Seguridad del CCEE.
La escalada de violencia e impunidad en Ensenada ha rebasado todo límite tolerable. Lo que antes se minimizaba como «ajustes de cuentas entre delincuentes» ha evolucionado a una amenaza directa y sistémicas contra la economía formal, la paz social y las instituciones de justicia.
El Alarmante Cambio en el Patrón Delictivo
Hoy, la realidad es innegable y muy grave:
- Ataques a la Economía Local: Hemos sido testigos de la ejecución a plena luz del día de empresarios del sector pesquero y profesionistas de arraigo.
- Terrorismo Económico: Se han documentado múltiples incendios intencionales y ataques con bombas Molotov a locales de oficinas, equipo de transporte de cooperativas y restaurantes de mariscos, la mayoría pertenecientes a empresarios con una trayectoria social y laboral reconocida.
- Impune Ausencia de Consecuencias: Los pocos detenidos se encuentran en los niveles inferiores del organigrama criminal. La impunidad es total, convirtiéndose en un perverso incentivo para que estos eventos se sigan repitiendo. Arrestar a «dos sicarios en un estado con 1,200 homicidios al año» no inhibe el delito.
La Gota que Derramó el Vaso: Ataques a la FGE
La nula capacidad de disuasión y reacción quedó brutalmente expuesta con el reciente ataque a dos oficinas de la Fiscalía General del Estado (FGE), una de ellas ubicada estratégicamente cerca de instalaciones de la FESC, Guardia Nacional (GN), SEDENA y FGR.
La respuesta de seguridad fue nula.