Un colector para alejar las descargas de agua del Río Tijuana se licitará este año y se financiará con recursos del Banco de Desarrollo de América del Norte, informó el director de Asuntos Públicos de esa institución, Gonzalo Bravo Vera.
El llamado Colector Poniente medirá 4.5 kilómetros y se licitará en marzo de este año, para que comience su construcción en abril.
Luego del seminario «Infraestructura Verde y Medioambiente en la Frontera» que se realizó en la Cámara Nacional de Comercio, Bravo Vera sostuvo que ese colector se realizará junto a la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, y consiste además en un diagnóstico del sistema que desvía los flujos del río que llegan a Estados Unidos.
Quien organizó el seminario fue Canaco, el Centro de Innovación y Gestión Ambiental y empresas como Graz y Grass, Nissan y Biosea.
En noviembre de 2017, se integró la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza, que desarrollará y financiará infraestructura a 100 kilómetros al norte y 300 kilómetros al sur de la frontera, con créditos y recursos no reembolsables por parte del BDAN.
Para el representante del Banco, si hay infraestructura ambiental es más sencillo promover la inversión, y destacó que 1995, se han financiado 244 proyectos en la frontera, 29 de ellos en Baja California, con una inversión de 9 mil 404 millones de dólares en total y mil 365 millones en la entidad.
Del total de 244 proyectos, 134 son de agua potable, 25 de residuos sólidos, 24 para conservar el agua, 17 para energía solar, 16 para calidad del aire y 14 sobre energía eólica.
Entre los proyectos en los que el BDAN ha intervenido son plantas de trtmiento de aguas residuales de La Morita, El Tecolote-La Gloria, así como trabajos de saneamiento en Tecate, Tijuana, Rosarito y Mexicali, el proyecto de energía eólica en La Rumorosa y la planta desalinizadora de Ensenada.
El reúso de aguas tratadas es un reto, según Bravo Vera, por la falta de infraestructura. Explicó que en México ninguna ciudad reutiliza más de una décima parte del agua, cuando lo ideal sería que se reutilice el 80 por ciento, ya que el agua tratada puede servir para diversas operaciones como la generación de energía y el riego.