Quienes caminen por el Parque de la Luz, en la Ciudad de México, se encontrarán con un cementerio de feminicidios. Se trata de una instalación artística compuesta por 60 signos de Venus que pretende recordar y honrar a las víctimas de muertes violentas por razón de género, impulsado por ONU Mujeres y la agencia de publicidad J. Walter Thompson en la campaña #AhoraEsElMomento.
En 2016 se asesinaron siete mujeres por día en promedio en México (total de 2,746), la mitad de las cuales tenían entre 15 y 35 años, según el estudio “La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016” realizado por ONU Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Secretaría de Gobernación (Segob).
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la representante de ONU Mujeres, Belén Sanz, envió un mensaje a la sociedad durante el acto de presentación de la instalación artística: “La violencia contra las mujeres es inaceptable, se puede prevenir y necesitamos a todas y todos para que esto ocurra. El momento es ahora”.
En este país “66% de las mexicanas manifiestan haber sufrido alguna forma de violencia a lo largo de su vida”, explicó Sanz. Por esto, existe un “continuum de violencia contra las mujeres antes de que suceda el feminicidio”, añadió.
Este “continuum” significa que la violencia de género es sistémica y estructural en México, siendo Colima el estado que registró una mayor tasa de defunciones femeninas en 2016 (16.3 por 100,000 mujeres) y el que menos, Aguascalientes (4), según el estudio.
Más de un 30% de los feminicidios cometidos en 2016 tuvo lugar en el hogar. Esto prueba que la violencia feminicida “ha mostrado una gran resistencia a los cambios sociodemográficos vividos en México en los últimos 30 años”, concluye el informe.
Otro hallazgo es el aumento de asesinatos femenicidas en la vía pública (más de un 40% en el 2016). Ello podría explicarse por la mayor presencia de las mujeres en los espacios públicos (mercado de trabajo, instituciones políticas y trabajo en la comunidad), si bien no se demuestra un vínculo causal.
“La violencia feminicida en México…” es tan relevante por lo que dice como por lo que no dice. Ello se debe a la deficiente e insuficiente calidad de la información disponible sobre feminicidios en México. Por ejemplo, el estudio detectó que solamente un 5.3% de los certificados de defunción de mujeres de 2016 informaban que el agresor fuera familiar de la víctima. Este dato es importante para poder descartar que estas muertes fueron causadas por el hecho de ser mujeres.
Para la Belén Sanz, el feminicidio requiere “una respuesta integral”. Algunas de las acciones que las entidades que han desarrollado el informe proponen para eliminar la violencia de género son: estandarizar protocolos de actuación en las instituciones de justicia para reducir la impunidad e investigar todas las defunciones de mujeres con perspectiva de género.