A menos de 100 días para el inicio de la Copa del Mundo Rusia 2018, la FIFA tiene más casos que atender.
La violencia dentro y fuera del terreno de juego va en aumento. Así, en la últimas semanas, el futbol ha quedado eclipsado por expresiones de intolerancia y prepotencia, como en la Liga de Grecia, donde el mensaje pareciera ser: “gol o plomo”.
En otras latitudes, la desesperación llevó a los más exaltados a invadir el terreno de juegoen un épico zafarrancho con consecuencias que se prevén de extrema dureza. Y en el torneo más importante del mundo a nivel de clubes, se les abre las puertas a reconocidos ultras de cara a un encuentro de eliminatoria directa.
El “fair play” se diluye en un partido que de a poco se va inclinando a favor de los más violentos, esos para los que el futbol no es un pretexto para ser feliz, sino una declaración de guerra. Focos rojos para la FIFA a unos días de que en Moscú empiece a rodar el balón.
Ivan “Pistolero” Savvidis
El futbol griego se encuentra suspendido, está bajo investigación y, en el peor de los casos, podría quedar excluido de toda competencia internacional.
¿El motivo? La irrupción armada del dueño y presidente del PAOK Salónica, Ivan Savvidis,en el terreno de juego, acompañado de sus escoltas, para amedrentar al silbante del partido contra el AEK de Atenas, duelo por la cumbre en el torneo helénico, tras la anulación de un gol en tiempo agregado.
Las imágenes, ampliamente difundidas en redes sociales, dieron lugar a un escándalo, así como a una reunión de emergencia al más alto nivel del gobierno griego, donde el primer ministro Alexis Tsipras ordenó una investigación inmediata y profunda, al tiempo queYorgos Vassiliadis, ministro de deportes, asegura que se está en comunicación permanente con la UEFA para evitar el ostracismo del futbol griego.
En tanto, se ha girado una orden de captura y detención contra Savvidis, político, empresario y millonario, nacido en Georgia, pero de origen griego, que deberá comparecer ante la justicia, aunque ya en una declaración por escrito ofreció una disculpa, donde no deja de poner el dedo en la llaga sobre las dolencias del futbol griego.
“Me disculpo por lo que sucedió, está claro que no tenía derecho a salir al campo así. Mi reacción emocional se debe a la situación negativa generalizada que reina en el futbol griego últimamente y a todos los acontecimientos inadmisibles que tuvieron lugar poco antes del final del partido entre PAOK y AEK.
“Estoy luchando y seguiré luchando a pesar de los ataques recibidos a todos los niveles por un futbol más justo, con árbitros honorables en todos los partidos, para que los títulos se ganen en los estadios y no en las salas de los tribunales. De nuevo pido perdón”, finalizó Savvidis en su declaración.
Con FIFA muy atenta al cauce que tome el incidente de Savvidis, la instrucción gubernamental es clara: llegar hasta las últimas consecuencias. Y Vassiliadis no duda en afirmar que se creará un marco regulatorio con sanciones severas, donde nadie estará exento, aunque se trate de uno de los hombre más poderosos de Grecia…¿Será?
Se arma la “gorda” en Londres
Las estrictas medidas de seguridad en los estadios de la Premier League de Inglaterra son de sobra conocidas. Es casi imposible tirar un chicle sin que quede registrado en las cámaras. Y si alguien se atreve a alterar el orden queda expulsado de por vida. No obstante ello, la locura estalló en el Estadio Olímpico de Londres el pasado fin de semana.
West Ham United, equipo donde milita Javier “Chicharito” Hernández, terminó con la paciencia de sus aficionados. Y la decimocuarta derrota de la campaña, esta vez por goleada ante el Burnley (0-3), fue la gota que derramó el vaso.
El malestar fue en aumento conforme cayeron los goles del visitante. Marc Noble, capitán de los “Hammers”, respondió con fuerza ante el primero que invadió el terreno de juego.
Con el segundo gol del Burnley, aparecieron los cánticos en contra de la directiva. La falta de reacción del West Ham exasperó a los aficionados que a gritos reclamaron a los dueños del equipo, David Sullivan y David Gold, el bajo rendimiento de los jugadores. Y ante el ambiente de crispación, los mandamás optaron por la graciosa huida.
Y para cuando Chris Wood marcó el tercero del Burnley, segundo en su cuenta personal, la indignación de la afición local era tal que el partido tuvo que suspenderse por varios minutos en los que la policía restableció el orden. Hubo alguno que arrancó el banderín de tiro de equina y como estandarte de la rebelión lo clavó en el centro de campo. Toda una declaración de intenciones.
Lejos de rescindir el contrato a todos los jugadores por su bajo rendimiento, la directiva del West Ham anunció una caza de brujas y colabora con la policía metropolitana en la identificación de los aficionados que provocaron el alboroto, sobre quienes pende el mayor castigo posible, es decir, no volverán a ver un partido en vivo de su equipo, aunque como están las cosas no se perderían de mucho.
Abren puertas a los ultras
Una cosa es gritar consignas o invadir el terreno de juego, como muestras de descontento por el mal paso de un equipo, y otra muy diferente es que la directiva de un club tan importante como Paris Saint-Germain lance en redes sociales una compaña para motivar a su afición con personas bien conocidas como generadoras de violencia dentro o fuera de los estadios.
Y no sólo ello, además se les permita el acceso si ningún tipo de revisión o control. Ligereza, ineptitud o complicidad, que suelen ser el detonador en la grandes tragedias que ha vivido el futbol a lo largo de su historia.
Prepotencia, inseguridad e irresponsabilidad. La lucha por el balón está dividida. ¿Qué harán los encargados de dirigir el futbol?