Miguel Berchelt (35-1 con 31 KOs) y Francisco Vargas (25-1-2 con 18 KOs) se enfrentan este sábado en una de las revanchas más esperadas del boxeo de primer nivel. Será en el Convention Center de Tucson Arizona y estará en disputa la corona mundial del CMB en la división de los superplumas que por quinta vez defiende el “Alacrán” Berchelt.
El combate transcurrirá bajo tambores de guerra, en una lucha de estilos que se complementan y pese a ello podrían aún guardar elementos para sorprendernos de la mejor manera.
Como lo definí en mi columna de análisis luego de la primera batalla entre ambos, Berchelt es la perfecta convivencia del fajador con el estilista, mientras que Francisco Vargas es un guerrero de esos que emocionan, nos mantiene en vilo, nos entretiene hasta la exageración y nos obligan a observarlo de pie. De los que se sacuden la sangre de los ojos y no renuncian. Jamás renuncian.
El pasado de ambos y esa pelea inolvidable que protagonizaron el 28 de enero de 2017 merecía una revancha. No obstante, ese recuerdo, el combate que veremos por ESPN plantea muchas, demasiadas preguntas que en lo previo no tienen respuesta y, sin duda, agregan otros atractivos al combate.
Luego de aquella pelea del 2017, el boxeo de Berchelt no evolucionó de manera acorde con sus virtudes boxísticas. Le faltaron más peleas, le faltó más oposición de riesgo y de manera constante ¿Podrá incidir ello en su memoria boxística y no le veamos el mismo nivel de la pelea anterior? No olvidemos que esta vez no será el hambriento aspirante a la corona. Esta vez será el campeón que suma cuatro defensas exitosas y siempre hay riesgo que le afecte su absoluta condición de favorito. El posible aburguesamiento de su actitud podría ser un peligroso Talón de Aquiles.
En el caso de Francisco Vargas y su estilo combativo si bien nos a emocionado desde siempre, tras la primera pelea contra Berchelt apuntamos que tenía un problema, “su sello de calidad viene con fecha de vencimiento y quizás se le terminó el tiempo apto para seguir peleando de esa manera”. Han pasado dos años y tres meses ¿Estará en condiciones el “Bandido” de protagonizar esa guerra que estamos esperando? ¿O como si fuera un animal herido y presuntamente vencido de antemano, sacará la casta para abofetear con ganas los malos augurios y los pronósticos que lo dan por vencido antes de pelear?
Valdrá la pena verlo y constatarlo. Aunque antes será necesario entender lo que prometen y que se puede esperar de los dos protagonistas de la esperada revancha.
Berchelt, un administrador de extremos
Miguel Berchet es uno de los exponentes del boxeo mexicano de mejor ejecución del boxeo total. Tal vez no ha tenido la oportunidad de desarrollarlo ante quien se lo exigiera como merece, pero su instrumental es amplio y de pura calidad. Se siente cómodo en las tres distancias, después de Vasiliy Lomachenko, en esas categorías, es quien mejor utiliza el jab y el doble jab como arma ofensiva.
Puede ser abrumador cuando elige presionar, es capaz de mantener el intercambio directo en la corta distancia o puede elegir trabajar su boxeo en retroceso o moviéndose por laterales como el más puro estilista. Fue por esa capacidad de variar tanto en su desempeño que lo catalogué como un verdadero administrador de extremos.
A Berchelt en lo boxístico le sobran recursos, como también ha demostrado inteligencia técnica para leer al rival y la necesaria contundencia cuando es necesario cerrar sus peleas con trallazos definitorios.
La pelea contra Vargas, que ganó por KO en el penúltimo asalto, fue el punto alto en la evolución de su boxeo. Después, mantuvo su lugar, defendió con éxito el título, pero la impresión que trasmitió es que su evolución se detuvo. Como si esa la meta, ganar el título y luego mantenerlo.
Y pese a que el rival a enfrentar era Mickey Román, su carrera tomó por otra ruta. Enfrentó y venció en las tarjetas a un Takashi Miura malherido y de salida, tan malherido y de salida, que esa fue su última pelea. Luego, criticado, y contra viento y marea, fue contra un rival a modo, demasiado a modo como el ghanés Maxwell Awuku que, pese a todo, le aguantó nueve asaltos.
Luego fue contra otro rival en horas bajas, o, mejor dicho, ya fuera de foco como el argentino Jonathan Barros al que noqueó en tres asaltos, no era para menos. Recién en noviembre 2018 enfrentó al rival que todos reclamaban que enfrentara y que figura como pelea mandatoria, Mikey Román. Lo venció por TKO en el noveno, como se supuso siempre que lo haría.
El 2019 empezó con los mejores augurios para la carrera de Berchelt y en mi columna sobre las diez peleas que deseamos ver este año, incluí un posible Lomachenko vs. Berchelt. Esa posibilidad no está nada lejos. El propio mexicano lo ha citado como una aspiración ir contra el ucraniano, lo que se ve facilitado por pelear dentro de la misma plataforma y la segura subida en breve a la división ligera del campeón superpluma del CMB.
Por ello es tan importante esta pelea contra Vargas. Berchelt debe ganar de manera contundente, tiene que dar un golpe de autoridad para llevarlo como un atributo reconocible en las 135 libras. Quizás, ello sea la inspiración que necesita para ser el mismo Berchelt que tanto encantó en la primera batalla contra el “Bandido”
¿Qué pelea veremos?
Francisco Vargas es un verdadero misterio. Luego de aquella derrota de enero 2017, realizó una sola pelea ese año cuando derrotó a Stephen Smith por una decisión técnica luego que Smith no pudo continuar en el noveno episodio debido a una herida accidental en la cabeza. En 2018 realizó una sola pelea, venciendo a Rod Salka en seis asaltos.
A sus 34 años, Vargas es aquella clase de púgil a quien su estilo le pasa la cuenta temprano. Son muchas peleas dando guerra con todo lo que ello implica de consecuencias sobre su físico. Se esperaba verlo colgar los guantes en cualquier momento, sin embargo, el “Bandido” se quiere dar una nueva oportunidad y lo hace en grande. Buscando vengar su única derrota, tratando de recuperar un cinturón que fue suyo y buscando demostrar que es capaz de lograrlo.
Ello es otro incentivo que tiene esta pelea, el último boleto en el tren de la gloria para Vargas y la necesidad de impedirlo para Berchelt. De esa lucha de intereses no dudamos que saldrá un combate explosivo y digno de ser disfrutado.
Un combate sobre el cual nos cuesta garantizar que será exactamente igual al anterior. En primer lugar, por la actitud del campeón en el primer episodio ¿Sale a liquidar temprano, poniendo presión, mucho volumen de golpeo y buscar el espacio por donde colocar el golpe de KO? ¿O espera con precauciones a ver si el Vargas que esta vez suba al ring sea igual que el anterior? Y esa es la duda ¿Qué hará Vargas?
Si el retador asume la realidad y llega dispuesto a darse una nueva oportunidad en el primer nivel del boxeo profesional, necesariamente, tiene que mudar su ADN. Vargas debería entra tomando precauciones, intentando mejorar el bloqueo, evitando alargar los intercambios y manejarse como una fiera al acecho, cederle la iniciativa a Berchelt, esperar un error o simplemente una oportunidad de conectarlo con algún golpe duro.
Las posibles alternativas diferentes o incluso la posibilidad de que veamos “un clon” de la batalla anterior son suficiente razón para esperar otra batalla inolvidable este sábado en Convention Center de Tucson, Arizona.