- Acusan violencia por parte de grupos de porros que incluso acosan sexualmente y que son protegidos
Seguridad fue la principal demanda de los 30 mil estudiantes, padres y docentes que participaron en la marcha de ayer a la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de la Ciudad de México (UNAM), luego de la agresión contra alumnos del CCH Azcapotzalco durante una manifestación el pasado lunes.
Otra de las peticiones que lanzaron durante la movilización fue la renuncia del rector Enrique Graue Wiechers, a quien acusaron de patrocinar y azuzar a grupos de porros para violentar y lesionar a la comunidad estudiantil, junto con directores de facultades y de los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH).
Los jóvenes señalaron que en Ciudad Universitaria hay ataques por parte de porros, quienes generan un clima “tenso, enrarecido, hasta en los baños, donde los timbres de alerta no funcionan”, por lo que ellos formarán comités de vigilancia. Entre la violencia que viven también está el acoso sexual, aseguraron estudiantes de Filosofía y Letras.
Estudiantes de filosofía relataron a este diario que los “porros y otros entes ajenos a la UNAM están en sus bancas, a las alumnas las acosan sexualmente, a otras las cooptan para que los sigan. Son como nosotros, visten igual, pero nunca los hemos visto tomar clases”.
Alrededor de la 1:00 de la tarde salieron de la Facultad De Ciencias Políticas y Sociales, y participaron no sólo estudiantes de la UNAM, también del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Universidad Autónoma de la Ciudad de México, e incluso de la Escuela Carlos Septién, entre otras.
Mientras caminaban por la ruta de las facultades rumbo a Rectoría coreaban: “fuera porros de la UNAM, ni perdón ni olvido por nuestros heridos. ¿En dónde están los vigilantes que nos iban a cuidar?, Graue, rector, del porrismo, protector”, una profesora de la Facultad de Ciencias Políticas -que omitió su nombre- en entrevista con El Sol de México dijo “no quiero un alumno desaparecido más. El rector, los directores de las facultades, el director de Seguridad son quienes controlan a los porros dentro de la UNAM y los patrocinan”.
Alrededor de las 5:00 de la tarde todo el contingente estaba en la explanada universitaria y sus alrededores, ninguna autoridad se acercó a intentar dialogar, sólo se limitó a emitir dos comunicados, uno donde dio a conocer los nombres de los expulsados y otro donde invitan al diálogo y aseguran que el pliego del CCH Azcapotzalco es viable.
La situación recuerda a los hechos de 1999, cuando se realizó la huelga estudiantil. En aquella ocasión José Narro actuó como negociador con la Asamblea Estudiantil.
En ese año el rector era Juan Ramón de la Fuente, que después de varias mesas de negociación consiguió levantar la huelga. La marcha, que duró alrededor de cinco horas fue en general pacífica. Sólo se dieron algunos actos de vandalismo por grupos de anarcosque cerraron Insurgentes a la altura de CU, tumbaron una malla perimetral, realizaron pintas en mobiliario urbano y en unidades del Metrobús.