- Existe riesgo de que el proyecto se retrase significativamente y todavía falta elaborar el proyecto ejecutivo final, mencionó Eduardo Sánchez
La Comisión Ciudadana del Agua se mantiene a la expectativa del rumbo que tomará el proyecto de la planta desaladora de Playas de Rosarito, luego de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) declarara desierta la primera licitación, siendo uno de los motivos el que las empresas hayan rebasado el monto que el gobierno federal destinará para esta obra.
De acuerdo con el secretario de la Comisión Ciudadana del Agua en Tijuana, Eduardo Sánchez, existe riesgo de que el proyecto se retrase significativamente, ya que requiere al menos tres años de construcción y aún falta desarrollar el proyecto ejecutivo final.
Advirtió que la siguiente etapa podría reducir la competencia al pasar a una invitación restringida a tres empresas, lo que disminuye la transparencia.
“Si el 100% de las empresas estuvo por arriba del presupuesto base, es una señal de que los precios del mercado están por encima de lo que se consideró”, comentó el secretario de la comisión.
Recalcó que el fallo oficial no se debió únicamente al presupuesto insuficiente, sino que hubo faltas administrativas, técnicas y legales de las empresas, que redujeron su puntaje en la evaluación.
Existe también el riesgo de que el gobierno decida hacerlo con personal interno y después subcontratar, como en otros proyectos. No obstante, las empresas privadas tienden a ser más eficientes, con mejor tecnología y una gestión más avanzada que la gubernamentalaseveró el secretario de la comisión en Tijuana.
Por su parte, el dirigente de la Comisión Estatal Ciudadana del Agua, Mario Zepeda Jacobo, alertó que mayor señalamiento es el riesgo de que, tras declararse desierta, la obra se entregue por asignación directa, lo que podría implicar costos superiores y falta de claridad.
Coincidió el secretario de la Comisión Ciudadana del Agua en Tijuana, en el sentido de que el proyecto debe revisarse y actualizarse, antes que modificar la capacidad o volumen del proyecto, ya que reducir la magnitud de la obra implicaría reiniciar procesos y retrasos, por lo que apoya mantener la propuesta original.
