Por Andrés Salcido.
Vivimos “nuevos tiempos”, unos donde las manifestaciones para ser reales deben ser avaladas por el Gobierno, porque ya saben lo que dicen, El Gobierno es Morena, y Morena es el Pueblo ¿no?
Mientras los intentos por dar continuidad a una caricaturizada manifestación, que, con carnita asada, asadores y mucha fiesta, avaló el descontento de miles de personas en la Plaza Cívica de Mexicali el pasado 17 de mayo, el aparato gubernamental demostró su poderío de movilización y logística, para evitar que esa misma manifestación se replicara en Tijuana y Ensenada, donde desde hace varios días se habría convocado a través de redes sociales.
Un tributo al ego, millones invertidos, en un evento masivo, donde los representantes del oficialismo, lamían las heridas de una mandataria, que no ha tenido la intención de responder el por qué de la revocación de su visa, pero si aprovecha cada micrófono, cámara o celular cercano para repetir su romantizada analogía de “nadie le tira piedras a un árbol que no da frutos”, un árbol que pareciera empezar a secarse, a dos años y medio de concluir su cosecha.
Tijuana como sede del evento en “Apoyo a Marina del Pilar”, del pasado sábado 24 de mayo, no es casualidad, y es que la estructura de Gobierno, en lugar de desarrollar una contramanifestación en la misma Plaza Cívica de Mexicali, donde realmente pudieron obtener una lectura precisa en torno a la comparación de ambos eventos, se decidió realizar en la Unidad Deportiva Mariano Matamoros de la ciudad de Tijuana, donde además se asoman destellos de un evidente favoritismo, por quién Ávila Olmeda, querría posicionar para el 2027.
Burgueño, muy a su estilo, carismático, minimizando las posibles manifestaciones sin caer en la grosería o la falta de respeto, también anfitrionó un evento que contabilizó; según datos oficiales más de 20 mil personas.
¡Objetivo cumplido! La gente habla más de carnitas asadas. Los muertos, violencia e inseguridad, son cosas del pasado.