La frontera entre México y Estados Unidos en el área donde se dividen los Estados de Arizona y Sonora quedará vigilada por casi 100 soldados americanos asignados por el presidente Donald Trump en un esfuerzo por frenar la migración y trasiego de drogas. Ayer, los primeros 25 elementos militares de la Guardia Nacional arribaron a Yuma para apoyar a la Patrulla Fronteriza en las tareas de vigilancia, tanto en labores áreas como terrestres, tal como lo ordenó el Ejecutivo del vecino país.
Carl Landrum, subjefe de la Patrulla Fronteriza en Yuma, Arizona, fue el encargado de dar la bienvenida a los agentes a quienes les giró las primeras instrucciones para protección de la frontera. “A la primera ola de soldados y aviadores se les asignan trabajos de limpieza de vegetación, operación de cámaras de vigilancia, análisis criminales, labores administrativas y asistencia en capacitación”. El 3 de abril, Donald Trump giró la orden para que la Guardia Nacional de Estados Unidos desplegara a un buen número de elementos militares a lo largo de la frontera con México y días más tarde en la valla que divide a San Luis, Arizona y San Luis, Río Colorado, Sonora, Kirstjen Nielsen, encargada de Seguridad Interior del vecino país, anunció que dicha medida se implementaba ante una dura crisis de seguridad en la frontera.
Landrum adelantó que Yuma está a la espera de otros 60 elementos que podrían arribar en el transcurso de las próximas semanas y agradeció la asignación de soldados en su área. “El sector Yuma está muy agradecido por el apoyo que recibiremos de los hombres y mujeres de la Guardia Nacional, el éxito comienza con trabajadores, asociaciones y agencias tanto locales, estatales y federales, así como con la colaboración de la población”.
Arizona sería el primer Estado de la Unión Americana en implementar la militarización de su frontera, medida que ya ha causado polémica e indignación entre organizaciones civiles que luchan por el respeto a los derechos humanos de los migrantes.