- En un contexto de tensiones renovadas, México y Estados Unidos han establecido un primer contacto formal en la administración de Donald Trump, con la esperanza de abordar la crisis migratoria y la seguridad en la frontera.
La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que el canciller Juan Ramón de la Fuente se comunicó con Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado, en una conversación calificada como “muy cordial”.
La llamada, que se llevó a cabo en un ambiente de incertidumbre tras el regreso de Trump a la presidencia el 20 de enero, abordó temas cruciales para ambas naciones. Rubio, quien fue ratificado por el Senado como el encargado de la diplomacia estadounidense, destacó la necesidad de frenar la migración masiva y asegurar las fronteras. En este sentido, México enfrenta la presión de implementar medidas que, según Washington, son necesarias para controlar la inmigración ilegal y desestabilizadora.
Entre los anuncios recientes de la administración Trump se encuentra la reactivación del programa «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a esperar fuera del territorio estadounidense. Esta política ha generado preocupación en el gobierno mexicano, que ha calificado estas medidas de “unilaterales” y ha resaltado la efectividad de las políticas anteriores que lograron reducir los flujos migratorios en un 78% en los últimos meses.
Sheinbaum ha mantenido una postura firme, asegurando que México está preparado para recibir a sus ciudadanos y ha implementado medidas para ayudar en la contención de la migración. La presidenta también ha enfatizado la importancia de la colaboración con otros países de la región, señalando que ha mantenido diálogos con líderes latinoamericanos para abordar la situación migratoria de manera conjunta.
Rubio, como nuevo secretario de Estado, también enfrenta el desafío de la lucha contra el narcotráfico. Según un decreto de Trump, tiene un plazo de 14 días para recomendar qué organizaciones criminales deben ser consideradas terroristas, lo que podría complicar aún más las relaciones entre ambos países si se opta por una intervención militar en territorio mexicano, una posibilidad que las autoridades mexicanas esperan evitar.
En medio de estos desafíos, Sheinbaum ha reiterado que la lucha contra el tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos es una prioridad en la agenda bilateral. A medida que México busca establecer una relación diplomática constructiva, la presidenta ha enfatizado que, aunque hay desacuerdos, el objetivo fundamental es el bienestar del pueblo mexicano y la búsqueda de soluciones efectivas en colaboración con su vecino del norte.
El futuro de la relación entre México y Estados Unidos dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para abordar estos temas sensibles con un enfoque que priorice la seguridad, la migración y la cooperación regional.